lunes, 6 de junio de 2011

"JESÚS NOS INVITA DE SU GLORIA PARA SERVIRLE."

"Su rostro resplandecia como el sol", Mateo 17:1-9.
En este pasaje, el evangelista nos dice que Jesús "se transfiguro" delante de Pedro, Jacobo y Juan, por ello el relato es conocido comunmente como "La Transfiguración", permitiendoles ver parte de su gloria y fueron testigos de la presencia de Moisés, el gran legislador de Israel y de Elías, el primero de los grandes profetas, ambos simbolos de la historia de la revelación de Dios en Israel, se mira a Jesús dialogando con ellos, afirmación bíblica, de que en él se culmina la historia y esa revelación.
Al conectar este pasaje con el capitulo anterior, nos damos cuenta que, como en muchas ocasiones, Pedro interpretó equivocadamente lo que estaba sucediendo y una vez más se mira tratando de evadir la cruz, intentando convencer a Jesús de no continuar su camino a Jerusalén, le pide quedarse en el monte. Si Jesús hubiera accedido a quedarse en el monte la Misión hubiera llegado a su fin. La experiencia en el monte, invita a Pedro a levantar una enramadas para los tres personajes, dos de ellos desaparecen y Jesús es reafirmado con palabras semejantes pronunciadas en su bautismo: "Este es mi Hijo amado.... a él oíd".
Como a ellos, Jesucristo sigue invitando a sus discípulosen el siglo XXI a participar de su gloria celestial, que es su presencia sublime, maravillosa e inclusive arrobadora; sin embargo, cuidemonos de escuchar la voz que nos invita a quedarnos en la montaña como los discípulos, intentando vivir cómodamente; hemos de seguir la indicación de la voz que decia: "A él oíd", es decir, descender para acompañar a Jesucristo en su camino a la cruz, entendido esto como el servicio constante en medio de un mundo desgarrado por la injusticia, el dolor y la muerte. ¿Esta usted dispuesto a seguirle y servirle???

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