lunes, 20 de junio de 2011

"UNA MASCULINIDAD DESDE LA PRACTICA DE JESÚS".

Juan 3:16-18
Celebrando el día del Padre, nuestra mente se dirige al Dios Eterno, en gratitud, porque se ha revelado comp Padre amoroso de todos lo que lo aceptan (Jn 1:12).
La lectura del evangelio nos confirma que, esta obra de adopción, Dios la ejerce por puro amor: "Porque de tal manera amó Dios..." y esta abierta a todo el mundo. Esta labor divina, del ejercicio de la paternidad, ilumina nuestras prácticas humanas, por lo que a través de todas las Escrituras, deberiamos descubrir cuál es la labor del padre - y por lo tanto, del hombre - en cuanto a su visión y objetivos ante la vida misma.
El libro sagrado nos presenta a nuestro Padre Dios como una persona justa pero amorosa, de principios de vida pero libertador, que tiene la verdad pero no la impone a la fuerza, tiene poder pero no es prepotente, es propietario de todo pero generoso convida; y también podemos ver estas otras características: es bondadoso, amoroso, reconciliador, proveedor, tierno, cariñoso, vigilante, pacificador, servicial y un muy largo etcétera.
Según los valores del mundo, la participación del varón ante la vida, está llena de roles y valores que en mucho momentos son guía saludable para el desarrollo del hombre; sin embargo, no siempre ha sido así: se han adoptado valores de la paternidad y de la masculinidad que tienen efectos nocivos. Podriamos decir que existe el riesgo de ejercer un paternidad tóxica (obstruye los rpincipios de vida plena), que consistirá en practicar valores negativos de la experiencia masculina: autoritarismo, egoísmo, envidia, posesividad, celos, violencia, insensibilidad, libertinos - consentidores, etc.
Amados hermanos hombres, festejemos el Día del Padre, pero también sea un tiempo de reflexionarsobre nuestro andar paterno desde nuestra perspectiva cristiana, haya en nosotros este sentir que hubo en "Cristo Jesús, hijo del Padre Eterno". Amén. 

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